Jump! (English and Spanish)
My painting Jump! is in Pärnu's City Gallery, Estonia
I remember when the department of Painting in Tartu Art College asked me if I wanted to take part on this exhibition and then they gave me the plank. It was literally the biggest painting I had faced so far. I really had no idea where to start. For some years now I had been scared of painting. The painting teachers at my home university in Valencia, UPV, had always given me a tough time. There was a year where the teacher graded me failed on every painting I did on the entire course. There was even a class where he came, scratched the surface of my painting and told me, plain and raw: "Cabrera, this is shit". I had to take extra lessons once the course was over to pass it. He graded me the lowest grade possible enough to pass because he had seen I had tried.
I know, trauma right there. So my steps to face this new challenge were the following:
-I thought of my favourite colour, which was red (still is) and therefore, I just went for it. I painted the whole plank with a few layers of red.
-I thought that to cover the surface with whatever motive I decided to go with I would need a big brush. A really big one. I really didn't have too much time or rescources (I was in my Erasmus year in Estonia) and then I remember Yves Klein's blue models. My body was definitely going to be the biggest brush I could find.
-My friends from Genflati where kind enough to lend me their space for the purpose and let me mess their entrance. And paint one side of my body.
I have to say, chance was also a big part of the process. You could more or less calculate where you were going to fall but not how the stain was going to look like.
- I had to balance the composition with a dark rectangle to create some depth and a white-ish line.
I have to say I was very scared when I took it to the art school once it was dry. It was either "shit" (quoting my last painting teacher) or it was either quite good. I was siding with the first option. To my surprise, the Painting department really loved it! (Note from 2017: they liked it so much they still keep it in the department). They told me it was the best piece I had painted that year; there was so much passion going on and my colour choices were bold indeed. It was so good for me to hear that, you have no idea! It healed me and reconciled me with painting. I just needed someone to tell me that my vision wasn't wrong. Not "wrong", because I am quite sure had I taken that same painting to UPV I would have gotten a failed grade again, but to feel that my vision was worth it, that it all depended on the context and each land's art and colour culture.
Since then the Painting department has placed my painting in many exhibitions in different cities and countries.
Mi cuadro Jump! está en la Galeria de la Ciudad de Pärnu, Estonia.
Recuerdo cuando el departamento de Pintura de Tartu Art College me preguntó si quería participar en esta exposición y me dieron la tabla. Iba a ser literalmente el cuadro más grande al que me había enfrentado hasta ahora. No tenía ni idea de por dónde empezar. Durante los últimos años me había sentido muy insegura a la hora de pintar. Los profesores de pintura de mi universidad de origen en Valencia, UPV, me lo habían hecho pasar muy mal. Hubo un año en el que un profesor me suspendió todos los cuadros que hice ese curso. Hubo incluso una clase en el que éste se acercó. rascó con la uña la superficie de mi cuadro y me dijo llana y crudamente: "Cabrera, este cuadro es una mierda". Tuve que recuperar el curso el mes de junio para aprobar y me dejó en un cinco pelado porque había visto que me había esforzado.
Sí, el trauma se visibiliza entre líneas. Así que para afrontar mi nuevo reto mis pasos fueron los siguientes:
-Pensé en mi color favorito, que era el rojo (todavía lo es) y pinté toda la tabla con varias capas de acrílico de ese color
-Consideré que para cualquier cosa que quisiera pintar necesitaría un pincel muy grande. Muy, muy grande. No tenía mucho tiempo, con lo que necesitaba alguna figura o forma que abarcara bastante; ni muchos recursos (estaba en mi año de Erasmus en Estonia). Entonces me acordé de las modelos azules de Yves Klein. Mi cuerpo iba ser ciertamente el pincel más grande que iba a encontrar.
-Mis amigas de Genflati fueron lo suficientemente amables para dejar que ocupara su espacio de la entrada y se la manchara para dicho propósito. También me pintaron todo un lado del cuerpo.
He de decir que el azar jugó un papel importante en el proceso. Podía calcular más o menos dónde iba a caer pero no cómo iba a ser la mancha estampada.
-Añadí un rectángulo oscuro para añadir profundidad y una línea blanquecina para equilibrar la composición.
He de decir que estaba muy nerviosa el día que tenía que presentarlo en el departamento de Pintura. O era una "mierda" (citando a mi anterior profesor de pintura) o era bastante bueno. Yo me decantaba por la primera opción. Para mi gran sorpresa, ¡les encantó! (Apostilla de 2017: les gustó tanto que todavía hoy lo guardan en el departamento). Me dijeron que era lo mejor que había pintado ese año; que había mucha fuerza y una valiente elección de colores. ¡No os hacéis idea de lo bueno que fue para mí oír eso! Me curó y me reconcilió con la pintura. Necesitaba oír que mi visión no era incorrecta. No "no incorrecta", porque estoy bastante segura de que llevo el mismo cuadro a UPV y me lo hubieran suspendido; pero que mi visión merecía ser tenida en cuenta, que todo dependía del contexto y el arte y color cultural de cada lugar.
Desde entonces el departamento de Pintura ha movido mi cuadro por exposiciones en distintas ciudades y países.